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jueves, 2 de octubre de 2008

Las princesas

Hoy estaba haciendo cola para pagar mi desayuno en el único bar que hay cerca de mi trabajo, y que siempre está lleno de gente. De pronto, una mujer de unos 25 años, gordita y fea, me empujó desde atrás, mientras decía "Perdón, permiso". Una argentina suelta en Barcelona, está claro: ninguna de las dos palabras se utiliza nunca acá.

Sospechaba que quería colarse, pero existía la posibilidad de que quisiera llegar a las mesas más allá de la cola, así que me quedé mirándola para ver cuál era la urgencia. Se detuvo junto a la cajera, y lentamente se fue incorporando a la cola. Interpuse el cuerpo para que no me ganara el sitio, llegamos a la vez a la caja, y pagué, echándole todo el humo del cigarrillo en la cara. Hizo un gesto, similar al de quien espanta a una mosca, para quitárselo, para que yo lo alejara de ella. Pronto se dio cuenta de que yo lo hacía a propósito, y por orgullo no repitió el gesto. Obviamente, en cuanto terminé de pagar se coló, justo delante de dos compañeros de trabajo, que tuvieron que esperar mientras ella pagaba un café con 50 euros.

Yo sé que es una nimiedad, pero es muy representativa. Para empezar, su actitud era muy notoria por el contraste. Los españoles nunca se cuelan, incluso suelen preguntar quién es el último. Además, si el humo del cigarrillo les molesta, se lo guardan o te lo dicen abiertamente, no hacen gestos para ver si uno se da cuenta. Y, finalmente, no te empujan, y mucho menos cuando hay sitio para pasar de sobra.

Veo dos posibilidades. Una es que lo haya hecho por "viva", una forma de ver la vida para la cual toda norma de convivencia social es una estupidez, lo inteligente es aprovecharse de las circunstancias (y vivir alerta para no ser víctima de otro "vivo" como nosotros). La otra es que lo haya hecho porque todo le está permitido. Si las argentinas son las más lindas del mundo, y ella es argentina, tiene que ser linda.

Ambas posibilidades están muy relacionadas con la cultura y los valores argentinos. Dejaré de lado en este post la viveza criolla, y me quedaré con las princesas argentinas.

En Argentina, estas princesas tienen privilegios. ¿Cuántas veces, en Argentina, dejamos colarse a una mujer linda, sólo por la fantasía de que algún día podríamos tener algo con ella? ¿Cuántos favores hemos hecho sólo por una sonrisa, y a veces ni eso? La princesa argentina se considera un objeto preciado, al cual hay que mimar aunque uno no la conozca, porque tiene la cualidad más valiosa: es bella. Puede no saber cuál es la capital de Argentina, pero eso no importa, porque cree que hasta un gay quiere tener sexo con ella. Tener sexo con la princesa argentina es su falsa promesa, la esperanza que nunca debe desaparecer, su dignidad, su arma más importante.

La princesa argentina piensa que el sexo debe graduarse con cuentagotas. Una sonrisa para el feo que hizo el informe por ella, un beso para el que guapo que lleva tres horas hablándole, una teta en el auto la primera noche, sexo a oscuras para el nuevo novio, tal vez sexo oral o anal para festejar el primer año. Siempre y cuando el novio cumpla, y no tenga que castigarlo sin sexo. ¿Cuáles son las faltas posibles? Todas. No ir a cenar con los padres, salir con tus amigos, decirle una vez que no tiene razón (aunque pocas veces la tenga), no mantenerla.

¿Cuál es el ideal de hombre para esta princesa argentina? Es muy fácil, es ese personaje que muchos inventábamos y muchos inventan en la discoteca. Lo de guapo o no uno ya lo lleva en la cara, pero siempre está bien sugerir que uno tiene un trabajo excelente, que se está llenando de plata, que ha estudiado derecho, que quiere una relación estable y que tiene auto, tal vez un departamento, tal vez incluso uno sea demasiado como para estar con ella.

A la princesa argentina le gustan las telenovelas argentinas y latinoamericanas, porque hablan de ella. De una mujer que podría tener más dinero, que conoce a un Hombre que, además de ser muy atractivo, la salva de la degradación del trabajo y la soltería sin hijos. Una y otra vez vemos a la princesa argentina, en Andrea del Boca, Natalia Oreiro, y tantos gatos que pueblan la televisión.

La princesa marplatense, sin embargo, desprecia a los gatos, y prefiere ni hablar de las putas, y es mi opinión que es el reflejo deformado de su fantasía. La heroína de la telenovela podría ser presentada como un gato, en otro contexto. Y un gato podría muy bien considerarse a sí misma como la protagonista, saliendo con el más rico de la ciudad.

Como he sugerido, las dos armas de la princesa argentina son la belleza y la promesa siempre postergada de sexo y entrega. Si la llave para conseguir tener sexo con ella es tener cierto status y dinero, perdónenme, pero no veo mucha diferencia con una prostituta. Hay una: la prostituta cambia con frecuencia de clientes, mientras que este subtipo de princesa sería una puta con dedicación exclusiva.

Pero aún hay algo que no he mencionado. Cuando una mujer considera que tener sexo con ella es una moneda de cambio (que se obtiene a cambio de ser su novio, de darle status, de mantenerla, etc.), ese sexo ya no es principalmente para ella una forma de obtener placer (y por eso no entenderá a las europeas), ni se escuda en un fin reproductivo (son católicas, pero no tanto). Ese sexo pasa a ser un favor que le hace a su pareja. Y esto sí que es realmente desagradable.

Esta princesa argentina es un producto cultural, tiene unos valores que le ha inculcado la sociedad y que no se atreve a romper. Está cruzada por restos de catolicismo, por valores italianos (el trabajo es denigrante, la escuela es una prisión, hay que salvarse lo antes posible, los demás son estúpidos), por el machismo que la rodea. No hay a su alrededor contrastes fuertes, hay princesas como estas en toda Latinoamérica, no ve opciones, cree que su forma de pensar es natural, inevitable, incluso determinada por el hecho de ser mujer.

Hay otro tipo de mujer, De hecho, hay muchos otros tipos. Me ha costado empezar a entender el comportamiento de las europeas, porque yo también consideraba natural la forma de ser de las princesas. Las catalanas no se comportan así. Si tienen sexo es por placer, no a cambio de algo. Si hay un machista cerca lo ponen en su lugar. Consideran que trabajar es positivo (y necesario), consideran denigrante servir sólo para ama de casa.

Una anécdota que me parece divertida. Una catalana me contaba, indignada, que una argentina una vez le había dicho que lo que más feliz le hacía era plancharle las camisas al marido mientras él trabajaba. A la catalana le parecía una esclava inútil y mediocre, pero orgullosa de serlo. ¿Por qué no se buscaba un trabajo? ¿Cómo podía ser que fuera eso lo que más le gustaba hacer? Entonces le expliqué, con otras palabras, que se trataba de una princesa argentina. Una latina que no entendía los valores europeos, y que por amor propio, o por costumbre, quería crearse un personaje. ¿Quién es feliz planchando las camisas de su esposo? Para la catalana, sólo una estúpida. Para la argentina, la auténtica princesa, casada con un marido con un empleo excelente y mucho dinero, posiblemente ella también de clase alta. La argentina quería dar a entender que había encontrado a su héroe, a su galán de telenovelas, al que la mantenía sin pedir casi nada a cambio, salvo que le plancharan la camisa. Quería demostrar que ella era de clase alta, no una latina aprovechadora. Falló completamente.

Unas palabras finales para la gordita fea del café. Nunca serás mi ama de casa. Nunca encontrarás un Salvador, un italiano atractivo y lleno de dinero. No tenés nada para ofrecer. Nunca te has preocupado demasiado por aprender, ya que creíste que no sería necesario. Seguramente tu experiencia sexual es tan limitada que acostarse con vos es aburrido o desagradable. Nunca dejarás el vocabulario argentino, porque aunque vivas en Barcelona creés que todo el mundo tiene la obligación de aprender a hablar como vos, o al menos de aprender a entenderte. Una princesa linda, con su habilidad para jugar a la postergación, puede enloquecer a un español. Pero no es tu caso, ya que tu personalidad también es fea. Creés que todos los españoles son príncipes, ya que ganan más dinero que los argentinos y viven mejor. Pero ahora has descubierto que acá tus estrategias no sirven, que a nadie le importa que seas nieta del antiguo dueño de todo el partido de La Matanza, que tus delirios de mujer de clase alta latina son ridículos en una sociedad que es casi toda clase media. Espero que te vuelvas pronto a tu ciudad, acá das vergüenza ajena.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy MUJER, Argentina, latinoamericaca, y todos los etc que te ayuden a "etiquetarme"...das lástima...lamento que hayas conocido tan poco a las mujeres argentinas y/o a tan pocas...tanto que te alcanza una sola "etiqueta" en donde podes pesar que caben...
el que da vergüenza ajena,sos vos... lamento que en España, puedan llegar a conocer como "argentino" a alguien como vos...me daría hasta miedo, que mis amigos de España y muchos de ellos, de Barcelona,puedan llegar a pensar que sos representativo de algo... Y lo peor... es que la palabra diversidad a vos no te dice nada... en fin, sos patético.Y si cabe, claro que sí, ya que a vos no te molesta andar por la vida clasificando, sos HORRIBLEEE por dentro y por fuera (que ví fotos tuyas en otro de tus blogs) así que tampoco creas que las "europeas" va a andar desesperadas buscando su placer en vos... Si tanto conocés a la gente de aquellos lares deberías saber que "la gordita fea" para ellos, no es merecedora de discrimminación y prejuicio sin que muestre quien es... seguramente, en su estadía tendrá oportunidad como cualquiera, de conocer GENTE que al no ser como vos, se interese en conocerla...ya concluirán solos... Me temo que el que tiene muchas chances de estar solo sos vos.

Fernando dijo...

Hola,

Gracias por tu comentario. Aunque no todas las argentinas o latinoamericanas son lo que he llamado "princesas", parece claro que algo de lo que he dicho te ha indignado. Tal vez no hayas podido ver una crítica al machismo y al catolicismo resacoso argentinos, una oportunidad para salirte de la "etiqueta" (aunque reconozco que esa intención es muy sutil, yo estoy en contra de los valores de la sociedad argentina, no de sus víctimas). Pero claro, no hay que esperar mucho de quien responde a lo que no le gusta con insultos.

Por cierto, ¿cuál es el problema con la soledad? Aunque no estoy solo, no veo que haya un problema con eso, la soledad no es siempre un castigo, hay quien la busca voluntariamente. Pero esto del "te vas a quedar solo" ya lo he oído un par de veces por boca de mujeres argentinas... ¿forma parte de la obsesión por casarse antes de los 25 años, antes de que los años le resten belleza a las princesitas?

Podría decir que lamento darte vergüenza ajena, pero sería mentira. La verdad es que tu opinión me interesa poco, ya que las princesas suelen odiar los pensamientos y puntos de vista originales. Y ni hablar de las "gorditas feas" argentinas, que a diferencia de las españolas, pocas veces tienen gracia y a veces dejan que el resentimiento por la marginación que sufren les nuble la vista.

En cualquier caso saludos, y suerte en tu búsqueda...

Camilo dijo...

sos un maestro.
no entiendo como podes definir tan bien la sociedad argentina viviendo en barcelona.
yo soy argentino, y este posteo es escalofriantemente acertado. Las minas(mujeres) aca son terriblemente egocentricas y no solo las mas lindas, hay cada gordita que se cree sarah michelle gellar...
en fin, siempre hay excepciones, pero lo que escribiste se aplica al 90 - 95 % de las argentinas.

saludos desde bs as.

Unknown dijo...

bueno soy mujer argentina y la verdad q lo q escribiste me parece muuuyyyy acertado.
tengo 22 años, no tengo novio, voy a la facultad y estoy proxima a recibirme y todas (absolutamente todas) mis amigas responden al modelo d "las princesas".
todas tienen novio y si no lo tienen pasan un par d dias desesperadas hasta q cnsiguen a alguien, estar soltera y sola es la muerte para ellas y les resulta totalmente extraño q yo solo piense en recibirme y trabajar y no me interese salir a un boliche a histeriquear los fines d semana (llegaron a tildarme d "lesbiana" no sólo ellas sino q igual sus novios).
la gran mayoria dejo sus estudios xq tienen novios q "el dia d mañana cuando se casen" se encargaran d ellas mientras ellas leen libros d cocina y planchan sus camisas jajja. las q siguen en la facultad no ponen ningun empeño en terminar (lo primordial es conseguir un novio q pueda mantenerte, recibirte es algo secundario).
no voy a decir si esta bien o esta mal ser una "princesa", personalmente me pareceria un fracaso pero xq no va conmigo. mas alla d eso tu manera d relatarlo me gusta y desde lo q mis ojos ven me parece acertada.
con respecto al primer comentario "anonimo" sólo me queda decir q debe haber tocado muchos puntos sencibles d su vida x algo termino comentando. cada quien tiene q hacer d su vida lo q quiera y si viene alguien mas con una postura diferente no me parece bueno criticar y ofenderse, cada cual piensa y hace lo q quiere o lo q puede.
fernando ya me falta poco para terminar d leer todos tus blogs sos un genio. bsos

Fernando dijo...

Carla:

Muchas gracias por tu mensaje, la verdad es que me sorprendió tu apoyo, ya que si bien yo no hablaba de todas las mujeres argentinas, sino de un cierto tipo, después del primer comentario sólo esperaba insultos. Este post es, de todas maneras, uno de los más difíciles de defender: aunque creo que estas princesitas existen, y que las sociedades machistas tienden a producirlas, el tono general del comentario (escrito con indignación, de una sentada) puede hacer que muchas mujeres se sientan agredidas.

En otras palabras, estoy en contra de los valores de las telenovelas (que suelen ser variantes del cuento de la Cenicienta), aunque aquí no logro describirlos correctamente. Algún día escribiré una parodia de esos valores, y ese será mi pequeño granito de arena a favor de la liberación femenina en Argentina. Ya basta de la mujer como trofeo, la mujer como objeto deseado: creo que es importante ayudar a que una mujer pueda desarrollarse con libertad, sin tener que dedicarle media vida al culto a la propia belleza. Una princesita es aquella que sólo se preocupa por su aspecto, descuidando todos los demás tipos de desarrollo personal (desarrollo profesional, educación, inteligencia, etc.), esperando que con eso sea suficiente para "salvarse" (a través de un hombre rico). Hay que abrir nuevas vías para el éxito personal.

Saludos!

Anónimo dijo...

Me parece que sería más justo que te refieras a cierta clase social de mujeres, independiente de su país de orígen.

Ese modelo lo veo tanto en España, Italia como en Argentina, no es solo sudaca.

Abre un poco tu mente o viaja un poco más, todos los males del mundo no vienen de sudamerica hijo.

Fernando dijo...

Anónimo:

Creo que este fenómeno atraviesa, en Argentina, todas las clases sociales. El patrón "Andrea del Boca" seduce a pobres y ricas más o menos por igual, los valores de no trabajar y buscar un salvador son parte de nuestra cultura. Esto también sucede en países mediterráneos como España e Italia, aunque en menor medida, y mucho menos en los países más nórdicos. Estoy de acuerdo en que no es sólo sudamericano. Sólo encuentro que en Latinoamérica la proporción es abrumadora.

No todos los males vienen de Sudamérica. Incluso creo que este patrón no es originario de ahí, sino que es más bien una cuestión católica, donde el rol de la mujer está limitado a la esfera privada: su progreso personal, aún en muchas sociedades, no está ligado al mundo laboral o académico, sino simplemente al ámbito del hogar. Si una mujer ha de quedar recluida dentro de la familia, es lógico que sea mejor para ella buscar un esposo que le provea dinero y status (aunque el status sea sólo poder alardear de lo atractivo que es con sus amigas). Creo incluso que este patrón es directamente proporcional a la marginación de la mujer. Si me preguntan, yo quiero que la mujer argentina tenga más oportunidades, y gane lo mismo que el hombre por el mismo trabajo.

Saludos, "papi"

Anónimo dijo...

ajjajaj gil!!! A vos te tratan asi porque sos FEOOOOOOOOO!!!!

Fernando dijo...

Qué nivel de comentarios :)

Algún día escribiré sobre el síndrome Carlín Cantoni, que ha extinguido la actividad cerebral de casi toda una generación.

Saludos

ghaby dijo...

Buenooo!!

un misógino más en el mundooo!!

Por suerte, todos los hombres argentinos no son así!!

Ni los barceloneces tampoco.

Uff! Gracias Dios, por no crear tanto resentido y dejarnos a los sanos mentales y afectivos, disfrutar de nuestras relaciones.

Besos a todos, menos a Fernando, que puede creer que quiero "sacarle" algo.

:)

Fernando dijo...

Ghaby:

Puedo entender que no estés de acuerdo con lo que escribo, e incluso que notes cierto resentimiento hacia las mujeres argentinas, pero quiero aclarar que en esta nota me refiero solamente a cierto tipo de ellas, no a todas las argentinas ni a todas las mujeres del mundo, por lo cual el título de misógino creo que me queda un poco grande. Sólo estoy cansado de estas "princesas", que se creen por encima de los demás sólo porque en su mundo de fantasía son una especie de Andrea del Boca mezclada con Hannah Montana. Ya escribiré también sobre cómo se produce el mismo fenómeno en muchos argentinos, que ni siquiera intuyen que el mundo fantástico en el que se encuentran no es el real. Como el chiste de que la forma más rápida de ganar dinero es comprar a un argentino por lo que vale y venderlo por lo que cree que vale...

El patrón machista de que una mujer sólo puede triunfar convirtiéndose en objeto, y consiguiendo un hombre que la rescate, debe desaparecer. Las princesas, que las hay en todas partes pero sobran en Latinoamérica, son para mí unas víctimas de este patrón.

Saludos

bacchus dijo...

Una vez mas, no entiendo por que arruinas un buen post con tus inseparables comparaciones: "Los españoles nunca se cuelan"... Tenes una imagen preconcebida y pareciera estar basada en tu fracaso, malas experiencias o como quieras denominarlo, en suelo argentino. No seas resentido, a mi tambien me averguenzan muchas de nuestras caracteristicas, pero no dejes que eso te ciegue como para ver todo blanco o negro. Yo he visto muchisimos españoles colandose y siendo, como vos decis, una nimiedad, te podrias haber evitado el comentario porque es erroneo y porque, para mi, arruino el post

Fernando dijo...

Bacchus:

A lo largo del blog intenté siempre evitar comparar con Barcelona, porque ya sé que las comparaciones son odiosas. Aún así, es Barcelona mi otro punto de referencia (uno no puede evaluar si algo está mal sin saber que podría ser de otra manera, y por eso es útil conocer culturas diferentes).

Seguramente acá también hay gente que se cuela, y en Argentina gente que no lo hace. Como tendencia, sin embargo, me parece que en Argentina es mucho más común (también porque las colas son más lentas). De todas maneras creo que te equivocás en el punto, o tal vez me expresé mal: el punto no es que una princesa se cuele, sino que se crea con tanto derecho a un trato privilegiado que empuje a quienes se interpongan en su paso. Es contra este "yo me lo merezco, aunque nadie sepa por qué" contra el que yo apuntaba.

Saludos!!!

Unknown dijo...

En todo caso estas hablando las princesas porteñas.. ya que en ninguna otra parte del pais se refleja lo que describis. Soy Argentina y vivo en BAires, y lamentablemente veo princesitas a diario con la diferencia que estas no piensan en casarse solo en sexo, ropa, lucir bien para la noche y que papa y mama se encarguen de los quehaceres. Te topaste con las peores seguro. PD: Natalia Oreiro es Uruguaya y las novelas que protagonizo Andrea del Boca estan pasadas de moda para las pricesitas... coincido si mencionas y pones como ejemplo a Cris Morena y sus creaciones. Saludos.

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