Google
 
Web En este blog

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Transportes

Aquí opinaré un poco sobre la infrastructura de transportes en Argentina.

El transporte público está reducido a su mínima expresión. El metro sólo está presente en Buenos Aires, con cinco líneas mal diagramadas que cubren sólo una mínima extensión de lo que ya de por sí es una parte pequeña de la ciudad (la Capital Federal). Para trasladarse de las líneas A, B, D o E a una paralela es necesario ir hasta el final de la línea y trasbordar o realizar dos trasbordos, uno a través de la congestionada línea C (que también está casi al final de la línea). Por poner un contraste, Barcelona tiene la décima parte de la población, con una red de metro que cubre toda la ciudad y pueblos aledaños, con más líneas de metro y diagramado de tal manera que todas las líneas se cruzan con las demás una o dos veces en su trayecto (así que nunca es necesario más de un trasbordo).

El tren como medio de transporte público también está presente únicamente en Buenos Aires, y es extremadamente lento (ya que va por la superficie casi todo su recorrido), tiene únicamente tres puntos de finalización de trayecto, las líneas no permiten un transbordo directo entre ellas y por si fuera poco están saturados, son impuntuales y están hechos pedazos.

El colectivo (autobús en España) es el medio de transporte público por excelencia en Argentina. Sólo en Capital Federal tiene una frecuencia razonable. En todo el país su precio es excesivo (en Mar del Plata, en relación al poder adquisitivo, cuesta el doble que trasladarse libremente en metro, tren y autobús por toda Barcelona). No hay ningún tipo de control por su puntualidad (en Barcelona se puede saber cuándo llegará el próximo con un SMS, por ejemplo, aunque la frecuencia diurna no excede los cinco minutos). En Mar del Plata el 551, que pasa con una frecuencia teórica de uno por hora durante la noche, puede llegar a la parada hasta 20 minutos adelantado o 30 retrasado: en la práctica, eso quiere decir que da igual a qué hora vayas a esperarlo, tienes que contar con un promedio de 30 minutos para que pase.

Si bien es el medio de transporte que requiere menor inversión, es también el más lento. A diferencia del tren (cuando es subterráneo) o el metro, lo afectan los semáforos, las manifestaciones, el tránsito y el clima. Debido al costo de no tener un ticket unificado, que permita trasbordos indefinidos durante un período de tiempo, sólo son viables en el interior del país aquellas líneas que atraviesan el centro, por lo cual el recorrido tiende a ser ineficiente.

Nadie se preocupa por la calidad del servicio ni por el tiempo que pierden día a día los argentinos. Para ir a la universidad, yo esperaba al 543 un promedio de 15 minutos (la frecuencia era de 30), para luego pagar un pasaje carísimo, ir casi tan incómodo sentado como parado, demorar 40 minutos para recorrer una distancia lineal de 6 kms., y caminar luego 12 cuadras. Basta multiplicar esto por 10 para saber que, hoy día, en una semana gastaría 11 pesos y perdería 670 minutos de mi vida (¡¡¡11 horas por 5 días, por 20 horas de clase!!!).

El transporte de mercaderías no está mejor. Las escasas líneas férreas existentes en el país han sido desmanteladas durante el gobierno menemista, dejando como única alternativa el transporte en camiones (no hay casi infraestructura para el traslado por barcos). Eso encarece enormemente los costos de los productos realizados en casi todo el país, concentrando la inversión en las ciudades-puerto por una cuestión de competitividad. Trasladar mercaderías desde Mendoza hasta Buenos Aires implica más costo humano (una persona en un tren puede llevar más mercadería que un camionero en su camión), costos de peaje, mayor costo de combustible, etc. El país pierde competitividad sólo para que haya más camioneros (aunque si las inversiones se concentran en las ciudades puerto, los camioneros serán cada vez menos necesarios). En otros países el traslado de grandes distancias se hace en trenes, y desde la estación más cercana hasta el lugar de destino se hace en camiones, ya que claramente el tren no hace un servicio puerta a puerta.


Esta situación no parece que vaya a mejorar, por las siguientes razones:

- El sindicato de camioneros, el más poderoso del país y aliado del gobierno, quiere que esto sea así, llegando a intimidar por la fuerza a sus oponentes. Prefieren el pan de hoy aunque sea hambre para mañana, ya que las empresas que produzcan un gran tonelaje de mercadería tienden a ubicarse cerca de las ciudades-puerto salvo que haya una cuestión de acceso a los recursos de por medio (por ejemplo, las vitivinícolas). Aún así, este sindicato, mediante la extorsión, está haciendo que el poder adquisitivo y el desarrollo industrial de sus compatriotas sea menor. El costo de trasladar una botella de vino a Mar del Plata está incluido en el precio, en la situación actual si compro un Malbec estoy subsidiando a un sindicato.

- La falta de control creciente sobre las empresas de transporte público, consecuencia de la desidia generalizada y a la aparente inutilidad de las protestas y denuncias contra los funcionarios y las empresas.

- La monopolización de los trayectos: muchos recorridos sólo pueden ser realizados con una empresa específica, y un trasbordo duplica el costo para el usuario.

- La monopolización del servicio: las empresas de transporte público se están consolidando en monopolios mayores. En Mar del Plata, yo antes podía elegir entre esperar 15 minutos el 553 y caminar 5 cuadras y esperar 10 minutos el 541. Ahora ambas líneas pertenecen a la misma empresa, y como ya no compiten entre sí la frecuencia ha empeorado.

- La corrupción: los empresarios del transporte público realizan intercambios turbios con funcionarios públicos. Sólo así se explica el vergonzoso aumento de tarifas, sin presentar ningún balance de cuentas, que el intendente marplatense Katz ha autorizado dos veces en menos de seis meses.

- La perspectiva cortoplacista de los empresarios, que prefieren maximizar el beneficio actual y luego preocuparse por el beneficio futuro. Es mejor aumentar el precio del boleto que aumentar la cantidad de clientes. En Mar del Plata se ha producido un verdadero éxodo hacia el auto y la bicicleta. Si las empresas de colectivos tienen cada vez menos clientes no es porque haya cada vez menos gente en la ciudad, sino por sus tarifas. Si el costo aumenta y la calidad se mantiene o disminuye, salvo que estemos ante un monopolio, está claro que el producto es menos tentador. Como no hay competencia entre las líneas de transporte, la única escapatoria a este monopolio ha sido comprar un vehículo propio. El Primer Mundo, por el contrario, apuesta por la dirección contraria: aumentar la calidad del servicio así se reduce la cantidad de coches.

- La distorsión de los precios actual, que permite a los empresarios tener una excusa para su falta de inversión en nuevas unidades, reclamar un aumento de tarifas y de subsidios. Al comprar un litro de leche se está pagando parte de la gasolina de los colectivos y parte de un dinero que se les paga (en particular en Buenos Aires) por existir y no hacer huelga. Por si todo eso fuera poco, igual hay que pagar un boleto carísimo. La gasolina que pagan no está más cara que antes de la crisis. Los sueldos no han aumentado tanto como el boleto. No se invierte en nuevas unidades. ¿Cuál es la justificación para que la ciudadanía gaste más dinero, por dos caminos separados? Cierto: que el Ministerio de Planificación de Julio De Vido necesita más dinero para la jubilación del presidente, y que los intendentes también quieren su cuentita en Suiza.

- La falta de transparencia. Debería poder accederse fácilmente por Internet a los balances de estas empresas, además de a los horarios del recorrido. Ni que decir a las declaraciones juradas de intendentes y empresarios...


Todo esto puede sonar poco importante. Pero te invito a pensar, mientras vas en un transporte público, qué podrías hacer si tuvieras varias horas libres más por semana y qué comprarías con el dinero que te sobre después de pagar un boleto más barato (o un IVA más bajo en todos los productos).

1 comentario:

bacchus dijo...

Viaja un poco mas, conoce mundo. Date cuenta que cada region tiene una realidad diferente. Deja de comparar con Barcelona. Creo que emigrar en lugar de abrirte la mente te la cerro. Abandona las comparaciones. Buenos Aires no tiene por que ser Barcelona ni Argentina España. Aunque te joda. Cada pueblo vive como quiere. No seas tan simplista de comparar el subte de buenos aires con el de barcelona. Son realidades diferentes. Argentina sera mas pobre, mas corrupta, mas desorganizada, mas maleducada y muchas otras cosas. Pero aun son personas. En la Europa que tanto defendes, las personas ya tienen tanto respeto por el projimo que no se meten en nada, nunca critican, nunca joden, nunca ceden el asiento, nunca ayudan a cruzar a un ciego... Maquinas, maquinas que ya no se acuerdan que significa sentir, vivir, enojarse, sentir una pasion... Tienen programado a los 18 años lo que van a hacer a los 65. Bien por ellos, pero para mi, eso no es el paraiso. Seria mas feliz viviendo en una isla paradisiaca tocando la guitarra, escribiendo, leyendo, riendo... Si todo el mundo fuera como Europa, el planeta ya no existiria. Deja que cada uno viva como quiera, no critiques tanto otras formas de vida. Vos ya elegiste, se feliz y deja ser...

Hits desde el 11/12/07: