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viernes, 26 de octubre de 2007

La Argentina que yo quiero

El domingo son las elecciones, y no puedo votar. No tengo la obligación, pero quisiera hacerlo, por la gente que ha quedado allí. Han intentado vender la sensación de que estamos condenados a que gane Kirchner. No sé si es así, pero este fatalismo juega en contra de la democracia. Hay quien dice que el tiempo cura las heridas. No creo que sea así: sólo la acción produce cambios, los milagros repentinos son escasos. Votar es una acción minúscula si tenemos en cuenta la cantidad de gente que vive en Argentina, pero es una acción.

Hay quien dice que ya está todo perdido, que habría que destruir el país y recomenzar de cero. Suena tentador, pero destruir todo es inviable. Hay que partir de la base de lo que ya hay y corregir lo que no funciona. Cuando nos hablan de un origen del país nos mienten. Nos mienten porque nada está condenado a ser como fue. Además, los orígenes son siempre oscuros. Por ejemplo, ese origen, ¿está en la Argentina indígena, en la colonial, en la de Rosas, la de Rivadavia, la de Roca, la de Perón...?

Creo que haciendo todo bien, lograr que Argentina se ponga a la altura de la España de hoy llevaría al menos 20 años. Es mucho tiempo, pero hay que hacerlo: el bienestar común y el bienestar propio están ligados.

Estos son mis deseos para el próximo gobierno. Yo quisiera un país que:

- permitiera la libertad de expresión, sin acosos, amenazas o chantajes,
- fuera transparente en sus cuentas públicas, permitiendo el libre acceso mediante Internet a la información pública,
- buscara la eficiencia en la administración pública, con sistemas informáticos estables, gestión mediante Internet, correo o teléfono, turnos numerados, el menor papeleo posible, y la simplificación y estabilidad de los trámites,
- desarticulara el clientelismo,
- redujera el trabajo y la facturación en negro,
- buscara el federalismo,
- favoreciera el crecimiento de las poblaciones pequeñas y redujera el crecimiento demográfico de la ciudad de Buenos Aires (con restricción de las zonas urbanizables, o desfavoreciendo la instalación de nuevas industrias, por ejemplo),
- favoreciera el contacto no turístico entre las diferentes zonas del país (tarifa telefónica única, beneficios a los traslados en micros a más de 100 kms.),
- impidiera el establecimiento de monopolios, y abriera a la libre competencia aquellos sectores donde los hay,
- desarrollara la infraestructura según un orden de prioridad, no de costos o de resultados políticos, y con la prioridad puesta en reducir el tiempo perdido en el traslado al trabajo de la mayor cantidad de gente posible,
- eliminara la impunidad del comerciante que puede pedir más de un amparo por el mismo concepto, y vivir así al margen de toda ley,
- mejorara la educación, permitiendo al docente concentrarse en sus tareas (y no en rellenar formularios burocráticos, hacer política universitaria o hacer de psicólogo infantil o de asistente social),
- arancelara (una cantidad mínima, con becas a quienes no puedan pagar) o restringiera mediante examen previo el acceso a la Universidad (no tiene por qué pagar todo un país para que uno estudie, además tendemos a no darle valor a lo que es gratis, aceptamos la corrupción de muchos docentes e impedimos la libre competencia entre Universidades públicas y privadas),
- reemplazara los Planes Trabajar por un seguro de desempleo por tiempo limitado (aunque fueran a 2 años, eso sería mejor que lo que hay ahora),
- redujera la pobreza, usando el asistencialismo sólo donde sea imprescindible (contratos estatales temporales, planificación familiar, aborto legal, eliminación de la mano de obra esclava e ilegal),
- combatiera o al menos pusiera en evidencia el racismo que existe en la Argentina,
- redujera la corrupción policial (líneas de denuncia anónimas a policías, creación de una institución que los supervisara, sistemas GPS en las patrullas para supervisar su posición y actividad),
- buscara la integración en el Mercosur, aunque más no fuera a nivel aduanero y mediante el desarrollo de infraestructuras de unión,
- tuviera un Poder Judicial independiente,
- tuviera un Congreso que trabaje,
- no utilizara decretos presidenciales nunca,
- tuviera una economía que no pareciera un Frankestein de tantos parches, y que por lo tanto no explotara cada década (todavía queda algo de tiempo: mayor fluctuación del dólar, eliminación gradual de las retenciones, eliminación gradual de los impuestos más distorsivos, reducción gradual del IVA, etc.),
- desvinculara a la Iglesia del Estado (basta de subsidios: en España yo puedo elegir si quiero que parte de mis ganancias vayan a la Iglesia o no),
- redujera el número de sus leyes y demarcara claramente el ámbito nacional, provincial y municipal,
- permitiera la creación de nuevos canales de aire,
- enseñara en la escuela a reconocer las demagogias y las falacias lógicas,
- planificara a largo plazo,
- generara confianza y esperanza (algo que ni el sostenido crecimiento económico ha logrado hacer)
- no estuviera obsesionado únicamente por la economía, sino que el desarrollo social y cultural tuvieran un peso similar,
- no hubiera gente muriendo de hambre,
- no incrementara el gasto público en un porcentaje mayor al del crecimiento del PBI (aunque pudiera hacerlo, de manera temporal, en época de recesión),
- no se falsearan los índices de crecimiento,
- tuviera democracia real, con al menos dos partidos en condiciones de llegar al poder, campañas con propuestas reales, instituciones fuertes y un voto responsable y no orientado y obligatorio.

Como he leído en alguna parte, para ser un país serio no hace falta decirlo en un slogan de campaña. De hecho, ese es el principal indicador de que no lo es: un país serio no lo proclama a los cuatro vientos, es serio y punto. Casi todo lo que he enumerado arriba está presente en España, y casi todo lo ha logrado en los últimos 30 años. No sé si esto explica que crezca más rápido que el promedio de la Unión Europea (pronto será octava economía mundial), o que sea uno de los países con mayor calidad de vida. Pero yo creo que hay una relación.

Mientras tanto, no veo que Argentina esté mejorando. El 9% de crecimiento anual puede representar mayor empleo, y eso es muy positivo, pero no se está mejorando en los otros aspectos, y se bordean varios abismos (hiperinflación, despotismo de una presidenta bipolar, recesión por caída de los precios internacionales de los commodities, imposibilidad de crecer más por falta de inversiones, crisis social aguda). Se está desaprovechando una situación de crecimiento que tampoco es mérito del Gobierno: los precios de las materias primas están subiendo desde hace tiempo, y había capacidad instalada que no se usaba durante la recesión.

Creo que la pregunta básica de estas elecciones es: ¿puede Cristina Kirchner ofrecerme un país mejor, donde mi situación pueda mejorar también? Si yo estuviera en Argentina, estoy seguro de que mi respuesta sería que no.

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